La administración única. Recuerdo y elogio de don Manuel Fraga Iribarne


Vivimos en un país cainista, donde a todo el que sobresale rápidamente se le corta la cabeza, o, al menos, se le margina socialmente. Hoy los sistemas educativos “transversales”, producto de la Lode, la Logse y demás porquería legislativa socialista, se encargan de igualar por abajo, en la burrez y la estulticia. El alumno brillante es maltratado, en ocasiones hasta por los profesores, muchos de ellos fruto también de los interinajes y el enchufismo.

España produjo un hombre fuera de lo común, una personalidad sobresaliente, don Manuel Fraga Iribarne, pero rápidamente sus detractores, muchos de ellos envidiosos, empezaron a desacreditarle: que tenía muy mal carácter, que era de ordeno y mando, que procedía del franquismo –como si los demás no-, que hablaba tan deprisa que en ocasiones se le entendía con dificultad –la cabeza le iba más deprisa que la lengua-, etc. En resumen, una personalidad sobresaliente, de las que surgen de siglo en siglo, y que España, como suele suceder, desaprovechó, fruto de las envidias cainistas y, porque no decirlo, de la falta del favor real para llegar a la Presidencia del Gobierno. (Don Juan Carlos ya andaba metiendo la pata hasta el fondo; “gracias” a él y a Suárez tenemos este estado de las autonosuyas, con nacionalidades que aspiran a la independencia y regiones que quieren ser naciones…).

Siendo Presidente de la Junta de Galicia don Manuel desarrollo el concepto de la administración única, y publicó un pequeño libro al respecto, desarrollando la idea. Yo le escribí, y debo decir, en honor a la verdad, que a vuelta de correo recibí un ejemplar del libro, creo que incluso dedicado, o al menos con un tarjetón personal suyo. Desgraciadamente no consigo dar con él, aunque lo tengo en mi poder, o más bien en posesión, pero al tener libros desperdigados en el pueblo, en casa, en el despacho, no consigo en estos momentos localizarlo.

Pues bien, a lo que íbamos. La idea de don Manuel, que creo habría que retomar, es que la legislación establezca la competencia de cada administración, de forma que única y exclusivamente una administración –sea la local, autonómica o nacional- tenga competencia sobre una determinada materia. Y nadie más.

Y al mismo tiempo propugnaba un sistema de intercomunicación fluida entre las administraciones, de forma que cuando un determinado expediente, petición, etc., entrase en la administración competente, por razón de la materia, la propia administración impulsase de oficio el procedimiento, para no ocasionar más molestias o trámites al administrativo, hasta que, finalmente, se produjese la resolución o acto administrativo correspondiente.

¿Por qué no llegó a ponerse en funcionamiento este sistema de administración única? La verdad es que lo desconozco. Es posible que fuese por la resistencia de las autonomías a ceder cuotas de poder, o que el propio PP tampoco se interesase mucho por el asunto. Al fin y al cabo Fraga era en sus últimos años un segundón dentro del partido, por muy presidente de honor que fuese. Se le oía, pero no se le escuchaba…

Lamento que con la mini reforma de las administraciones locales no se haya aprovechado la ocasión para poner en marcha esta idea de don Manuel Fraga Iribarne. Descanse en paz quien tanto hizo por España.

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