No hay mal que por Biel no venga


Los aragoneses somos muy mordaces y sarcásticos, con una cierta mala uva, aunque siempre atacamos de frente, a diferencia de los nativos de otras regiones españoles… Y desde hace tiempo circula por nuestra tierra la frase de que “no hay mal que por Biel no venga”.

¿Y quién es Biel? Pues don José Ángel Biel Rivera, un viejo cacique decimonónico, que rige con mano de hierro el Partido Aragonés, o más bien lo que queda de él. El viejo político que enterrará al partido con él, y espero que metafóricamente, al menos en su caso.

Escribo con pena, pues fui miembro de ese partido, único al que he pertenecido en mi vida, y no me quedaron ganas de volver a militar en ninguno. Hoy por hoy hasta me da vergüenza decirlo, pues parece que nombrar el PAR es hablar de corrupción… y decadencia.

En mi época, in illo tempore, dirigían el PAR personas honradas, como don Hipólito Gómez de las Roces o don Isaías Zarazaga Burillo, que tenían una consolidada vida profesional, y no necesitaban de la política para promocionarse, social y profesionalmente.

Y mucho menos eran políticos profesionales, como otros tantos que hemos tenido la desgracia de conocer y soportar: arribistas de medio pelo, oportunistas, comisionistas, chanchulleros inmobiliarios, etc.

Hay que reconocer que Biel tiene un estómago a prueba de bombas, pues lo mismo le da estar aliado con el PSOE, nada menos que doce años, que con el PP. Y si hace falta, pactaría con Ciudadanos, Podemos, Izquierda Unida, y quien sea necesario. Pero eso sí, siempre que pueda disfrutar de un gran despacho oficial, con coche y chófer, y un montón de enchufados bajo el nombre de asesores, jefes de prensa, secretaria particulares, escoltas… ¡El hombre tiene pretensiones y se cree el rey del mambo!

Es una lástima, pues nunca sabremos a cuanto asciende su –dicen- abultado patrimonio. Se ha negado a divulgarlo nunca, e incluso ha disuelto las Cortes antes de tiempo, según las malas lenguas para evitar la aprobación de un Acuerdo que obligaría a publicar el patrimonio de sus señorías.

¡Qué país, que paisaje y que paisanaje!, como decía el gran Unamuno. Espero que el próximo día 24 de mayo el pueblo aragonés le de una patada en el culo a estos politicastros profesionales, que han hecho de la política su profesión, y que aspiran a jubilarse viviendo del cuento…

Hoy por hoy el PAR es un cáncer, espero que no terminal, para Aragón, y Biel el tapón de las legítimas aspiraciones de cambio de la sociedad aragonesa. Confío que el día 25 el PAR pase a ser lo que siempre ha sido: un goloso terrón de azúcar, que se disolverá en el café para todos del multipartidismo rampante.

Publicado en Sierra Norte Digital y Heraldo Sanitario de Oregón (06/05/2015)

comentarios
  1. carlos |
  2. Carmen |
  3. Francha |
  4. Pedro |