El ex fiscal Ramiro Grau: “Creo que los españoles ya hemos visto, por desgracia, lo poco que podemos esperar del jefe del Estado”


Dice la Constitución del 78 en su artículo 56 que “El Rey es el Jefe del Estado”. El artículo 61 establece que al ser proclamado “prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas”.

Ante los graves acontecimientos producidos en Cataluña, y que solo son un preludio de los que se producirán en los próximos días, Dios no lo quiera, me pregunto: ¿Tenemos Jefe del Estado en España…, o estamos en un interregno?

Nada se sabe de don Felipe VI, a excepción de un par de comentarios, de pasada, en sendos discursos, como el que no quiere la cosa, procurando no mencionar en concreto a Cataluña, no vaya a ser que se enfaden, y se metan con él y con su familia.

No sé si este Señor aspira a ser presidente de la República Catalana, o a repartirse los dos cargos, su esposa como presidenta de la nueva República, y él, Rey de España. ¡Y ya de paso hacemos una confederación de pueblos ibéricos, e invitamos a incorporarle a Portugal! (Que, obviamente, nos mandarían a hacer puñetas, pues Portugal es un país pequeño, pero serio, no como España).

Dicen que en las situaciones dramáticas es cuando se conoce el verdadero temple de las personas, o la falta de carácter, de decisión, de determinación, en definitiva, de hombría.

Creo que los españoles ya hemos visto, por desgracia, lo poco que podemos esperar del actual jefe del Estado. Dicho sea con todo respeto, sin acritud, pero con una profunda tristeza y decepción.

Es evidente que vamos hacia una reforma constitucional, para intentar dar encaje en España al hecho diferencial catalán… Y después al vasco, al gallego, al murciano, al de Cartagena, de Jumilla… (Y ya, puestos a pedir, exijo que se reconozca la independencia de mi pueblo natal, Laguarres, en el Alto Aragón).

Y teniendo en cuenta que la Jefatura del Estado puede ser desempeñada por un Rey o por un Presidente de la República, tal vez sería hora de que el pueblo soberano pudiera pronunciarse con total libertad al respecto, para ver si preferimos un presidente de la república, al que podamos echar pasados unos días, si demuestra su ineptitud y cobardía (o ambas cosas), o preferimos tener que aguantar a un Rey vitalicio. Y no solo a él, sino a su hija, y después a los sucesores correspondientes, hasta el fin de los tiempos, o el advenimiento de una revolución.

Aunque el voto es secreto, yo votaría por la república, visto lo visto (y lo que nos queda ver, por desgracia para todos).

Publicado en Alerta Digital (02/10/2017)

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