Ciento sesenta mil manifestantes… a favor de que España mantenga a todos los extranjeros que quieran venir

Siento decirlo, pero la solidaridad bien entendida empieza por uno mismo. Yo solo doy aquello que me sobra; llámenme egoísta, pero es lo que hay. O, aunque no me sobre, no me importa compartir con la familia, los parientes, los amigos, y con cualquier español que tirite de frio en una esquina, o no tenga […]

España le debe a Manos Limpias…

Decía don Ricardo de la Cierva, que en paz descanse, que la mejor forma de guardar un secreto es publicarlo en un libro, dada la tradición alergia de la mayoría de los españoles a leer… Y no le faltaba razón. Así hice yo, convencido de la bondad de la acción, al publicar como Epílogo de la […]

La sentencia del caso Nóos: Demagogia, populismo e injusticia

Tenía la vana esperanza de pensar que hoy iban a cambiar un poco las cosas, y que se impondría el Derecho sobre el estado de desecho en el que vivimos, pero no ha sido así. Como soy pesimista, la verdad es que me temía, más o menos, lo que ha sucedido. Una sentencia extremadamente benigna para […]

El Papa interviene un Estado católico

Parece que al Papa Francisco no le gusta que le llamen Francisco I, pues dice que él es el único Papa Francisco que ha habido. ¡Y que más da! Lo tradicional siempre ha sido datar a los Papas, al igual que a los Emperadores y Reyes, con el ordinal correspondiente, en previsión de que haya […]

El caso Blanquerna: Entre la política y la injusticia

Hace años, cuando era más joven, y posiblemente más tonto, o menos quemado por la vida, creía en la justicia humana. Ahora cada vez menos. Hoy por hoy sólo creo en la justicia divina, y con grandes dudas, pues viendo como va el mundo, presiento que Dios está de vacaciones una buena parte del año… […]

La excesiva dureza del Tribunal Supremo con los manifestantes en el sede de la Generalidad catalana en Madrid (y II)

En mi modesta opinión, el Tribunal Supremo se ha cubierto de lodo, una vez más. En lugar de adoptar una actitud de reproche penal, pero comprensiva con la escasa gravedad de los hechos, así como con la edad de los acusados (¿quién no ha hecho alguna barbaridad con veinte años?), el Supremo se inclina por castigarles […]