Ciento sesenta mil manifestantes… a favor de que España mantenga a todos los extranjeros que quieran venir


Siento decirlo, pero la solidaridad bien entendida empieza por uno mismo. Yo solo doy aquello que me sobra; llámenme egoísta, pero es lo que hay. O, aunque no me sobre, no me importa compartir con la familia, los parientes, los amigos, y con cualquier español que tirite de frio en una esquina, o no tenga algo que llevarse a la boca.

No hablo de mis aportaciones a otras personas, pues creo es demagógico e hipócrita. Creo que dice el Evangelio que lo que des con una mano no debe saberlo la otra, o algo parecido… Aquellas personas que se vanaglorian de lo mucho que ayudan a los demás, siempre me han parecido absolutamente falsas y presuntuosas. Como dice el refrán, dime de que presumes y te diré de qué careces. Pues eso mismo.

Leo hoy en la prensa digital que 160.000 personas se han manifestando en Barcelona a favor de los refugiados, y denunciando que en España “únicamente” se admite a un 30% de los que piden asilo o refugio. La verdad es que a mí la cifra me parece muy elevada, excesiva, y estoy seguro de que dentro de ese 30% se están colando muchos terroristas, maltratadores de mujeres e hijos de puta, en general. (En esto coincido con el Cardenal Cañizares, a quien casi todo el mundo puso a parir, a pesar de que tenía más razón que un Santo).

Cualquier persona normal sufre cuando ve a otros seres humanos pasándolo mal, pero seamos serios: España es un país mediano, de menos de 50 millones de habitantes, y en el mundo hay varios miles de millones de personas pasando hambre, necesidad, sin acceso a la educación, sanidad básica, etc. ¿De verdad pensamos que la solución es que vengan todos aquí…, a vivir de qué?

España tiene más de diez millones de jubilados e inválidos, seis millones de parados, etc., y realmente cada día se nos hace más cuesta arriba poder mantener nuestro menguado “estado de bienestar”, como para seguir acogiendo a todos los que vienen…, como los 498 que saltaron la valla de Ceuta hace unos días.

El problema de los refugiados tiene fácil solución: que esos 160.000 manifestantes acojan en sus casas a un refugiado, por supuesto a pensión completa: desayuno, almuerzo, cena y cama.

Pero no, da la casualidad de que muchos “solidarios” de boquilla lo único que quieren es que “papa Estado” se haga cargo del sostenimiento de todos los refugiados, de forma permanente, pues muchos han venido a vivir de nosotros, que no es lo mismo que con nosotros.

Hace unos días tuve que acudir a la sede central del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, IASS, a realizar una gestión. Había alrededor de cuarenta personas en el vestíbulo, y a excepción de media docena de gitanos, el resto de los peticionarios eran todos extranjeros, la mayoría musulmanes… Todos ellos cargados de hijos, faltaría más. Y beneficios de “nuestras” ayudas sociales, asistencia sanitaria gratuita, educación gratuita, subvenciones para el alquiler de viviendas, ingreso aragonés de inserción, y la biblia en verso.

Posiblemente hay muchos aragoneses tan necesitados o más que ellos, pero normalmente a los españoles nos da vergüenza pedir, por el que dirán, por si nos ve alguien, porque se acude a la ayuda de los familiares, padres jubilados, hermanos, y hasta de los hijos trabajando…

En ese caso, parece evidente que tendremos que opinar todos los españoles, no solo los 160.000 manifestantes. Y yo voto que no. Que se vayan por donde han venido, que aquí nadie les ha invitado.

O, alternativa y subsidiariamente, como decimos los juristas, que se obligue a todos y cada uno de los manifestantes a hacerse cargo de un refugiado, a pensión completa, y de forma permanente.

Seguro que a la próxima manifestación acudirían menos “solidarios”, pero con el dinero de los demás.

Publicado en Rambla Libre (19/02/2017), La Tribuna del País Vasco y Heraldo Sanitario de Oregón (20/02/2017) y Sierra Norte Digital (21/02/2017)

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