El presidente de la república catalana, en el exilio, nombra nuevo primer ministro


  1. – El presidente de la república catalana, en el exilio, Carlos Puigdemont, de profesión la política, nombra nuevo primer ministro, por supuesto a dedo, que para eso él es el Rey. (El “pobre” Pujol no paso de Virrey, eso sí, con plenos, poderes, y de aspirante al Trono de Andorra, como Copríncipe Soberano). Y tan soberano, como que llegó a tener allí más de 3.000 (tres mil) millones de euros… Cataluña tiene 7 millones de habitantes, de los que solo 2 millones son separatistas, pero eso, ¿a quién coño le importa…? La “democracia catalana” consiste en la imposición de las minorías sobre las mayorías. Que sea elegido o no, es lo de menos. La realidad es que los separatistas vuelven por sus fueros, y con más fuerza, si cabe.La aplicación, totalmente “descafeinada”, del artículo 155 de la Constitución, no ha servido para nada.
  1. – El elegido es uno de los más tontos del lugar, separatista perdido, y con unas pintas de cateto y pueblerino, que echa para atrás. Dicen que es licenciado en derecho, y hasta abogado, pero eso en estos tiempos que corren, no quiere decir nada. ¡Cualquier imbécil puede ser abogado!, y más con esas universidades de tercera de las que se han dotado prácticamente todas las provincias españolas.
  1. – El todavía presidente del gobierno, y esperemos que por poco tiempo, sigue leyendo El Marca, y fumando puros en su despacho de La Moncloa, como si la cosa no fuera con él. No pasa nada, y si pasa, no importa.
  1. – El Rey sigue viajando de aquí para allá, en viajes secretos a lo largo y ancho del mundo, que disfrutan doña Leticia, sus hijas y él mismo (supongo), pero que pagamos todos nosotros. Parece ser que no quieren veranear o viajar por España, pues quieren ser personas “normales”, y pasar inadvertidos… Ese problema tiene una fácil solución: abdicar. Hasta ahora no creo que a ningún Rey se le haya impedido por la fuerza de las armas su abdicación.
  1. – En la vida se puede hacer cualquier cosa. Todo, menos el ridículo. Y si uno es incapaz de coger el toro por los cuernos, y afrontar la situación de una forma clara y decidida, lo mejor es abdicar y renunciar a la presidencia del gobierno, respectivamente.

Recordatorio Constitución Española de 1978:

Artículo 1, 2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.

Artículo 2. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española…

Artículo 8, 1. Las Fuerzas Armadas… tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.

Artículo 9, 1. Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico.

Artículo 62. Corresponde al Rey:

h). El mando supremo de las Fuerzas Armadas.

Artículo 102.

  1. La responsabilidad criminal del Presidente y los demás miembros del Gobierno será exigible, en su caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.
  2. Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo”.

Publicado en Alerta Digital y Sierra Norte Digital (14/05/2018) y Mediterráneo Digital y Heraldo de Oregón (15/05/2018)

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