Universidad de Zaragoza, (I)


Ten-Siempre-Flores-Paraninfo-de-la-Universidad-de-Zaragoza-02

 

 

          Confieso que en su día manifesté mi escepticismo ante la puesta en funcionamiento de la Cámara de Cuentas de Aragón, fundamentalmente por el elevada importe de su puesta en funcionamiento, para el que estaban presupuestos diez millones de euros, y los costes de mantenimiento, que superan los tres millones de euros anuales.

          Pero, al menos, se trata de un organismo que funciona con una cierta eficacia, no como el Tribunal de Cuentas del Reino, cuyos informes de fiscalización se emiten a los ocho ó diez años de producirse los hechos, con lo cual ya no hay posibilidades de perseguir penalmente a sus autores. (Nunca he entendido que los plazos de prescripción de los delitos económicos sean tan cortos, salvo que sea algo hecho a propósito por los políticos, para librarse de posibles condenas penales a posteriori de sus mandatos).

          Pues bien, aunque la Cámara de Cuentas de Aragón ya empieza a acumular retrasos, al menos no son tan grandes como los del Tribunal de Cuentas, y nos permiten tener una radiografía bastante clara del funcionamiento, más bien del mal funcionamiento, de una de nuestras Instituciones básicas, en este caso concreto, la Universidad de Zaragoza.

          Recientemente la Cámara ha publicado el “Informe de fiscalización de las cuentas anuales de la Universidad de Zaragoza, Ejercicio 2011”, y quien tenga interés en verlo, puede hacerlo en la web de dicha Cámara. Son 328 folios, que vamos a desmenuzar brevemente, aunque seguramente en dos ó tres artículos, dada la extensión –y gravedad- del tema.

          En primer lugar, la Cámara se queja de que: “Las cuentas anuales no informan del coste y rendimiento de los servicios públicos que presta la Universidad y del grado de cumplimiento de los objetivos programados, con indicación de los previstos, los alcanzados y del coste de los mismos, limitación que impide a la Cámara de Cuentas emitir una opinión sobre el grado de eficacia y eficiencia alcanzado en la gestión del presupuesto” (págs. 11/12).

          La Universidad se dedicó alegremente a pedir créditos, sin permiso del Gobierno de Aragón, que luego no pudo o no quiso pagar, y obviamente, aprovechando que los mandatarios regionales actuales dicen ser de derechas (yo no estoy tan seguro, y más con ese cáncer terminal que es el PAR), comenzaron a despotricar diciendo que les faltaba financiación… Lo cierto es que: “Para este endeudamiento a largo, la Universidad no dispuso de la preceptiva autorización del Gobierno de Aragón, exigida por el artículo 59 de la Ley 5/2005, de 14 de junio, de ordenación del sistema universitario de Aragón que literalmente establece que cualquier operación de endeudamiento realizada por la Universidad deberá ser autorizada expresamente por el Departamento competente en materia de hacienda del Gobierno de Aragón”. Es decir, somos autónomos, y hacemos lo que nos da la gana, confundiendo autonomía con independencia…, pero si luego no podemos pagar, que pague el Gobierno regional. Algo así como los hijos mayores de edad, que siempre se acuerdan de sus padres cuándo tienen problemas.

          El informe facilita datos realmente preocupantes:

1. DISMINUCIÓN DE UN TERCIO DEL ALUMNADO: “Entre los cursos 98/99 y 10/11, la Universidad de Zaragoza ha perdido 12.871 alumnos, lo que representa un descenso del 32%, a un promedio anual acumulativo del -3,2%” (pág. 22).

          Pero no se preocupe nadie, no, que seguiremos colocando a nuestros amiguetes y correligionarios:

2. AUMENTO DE MÁS DEL CINCUENTO POR CIENTO DEL PERSONAL: “ En el mismo periodo, los efectivos de la Universidad de Zaragoza han aumentado un 56,2% (1.170 efectivos personal docente e investigador y 847 efectivos personal de administración y servicios), tendencia también compartida por el resto de universidades públicas españolas, si bien ha sido más acusada en la Universidad de Zaragoza, en particular en lo concerniente al personal de administración y servicios (aumento del 76% frente al 51% del conjunto nacional)” (pág. 22).

          Que no cunda el pánico, que seguiremos contratando a quien nos de la gana, pues para eso tenemos autonomía, reconocida constitucionalmente, y el Gobierno de Aragón lo que tiene que hacer es pagar y callar:

3. ELEVADA CANTIDAD DE INTERINOS: “El número total de interinos de la Universidad de Zaragoza ascendía a 412 efectivos a 31 de diciembre de 2011” (pág. 23).

Pero interinos “enchufados”, como debe ser: “Los funcionarios o contratados interinos se mantienen vinculados con la Universidad durante periodos de tiempo que resultan incompatibles con el carácter de temporalidad que la legislación prevé para este tipo de personal. Se ha comprobado que un porcentaje elevado de las altas de interinos en el ejercicio (un 35%) se corresponden, sin solución de continuidad, con bajas de esas mismas personas a las que se vuelve a nombrar o contratar, lo que resulta contrario a la naturaleza temporal de la relación de interinidad y al derecho de acceso a la función pública” (págs. 23/24).

          Y, por supuesto, vulnerando los derechos fundamentales de publicidad, igualdad, mérito y capacidad, para el acceso a las funciones públicas que para eso tenemos autonomía, digo, en la práctica, independencia:

4. LAS LISTAS DE ESPERA SON DEL AÑO 2003: “El personal interino para puestos de trabajo del grupo C2 se selecciona a través de listas de espera que se confeccionaron en el año 2003 y que han permanecido estancas e invariables desde entonces sin que durante este período se haya procedido a la renovación periódica de los efectivos que la integran y de sus méritos.

     La Universidad no ha convocado públicamente para su provisión los puestos de las relaciones de puestos de trabajo ocupados por personal interino incumplimiento las disposiciones legales que le obligan a efectuar dicha convocatoria” (pág. 24).

          Pero, al mismo tiempo, la Universidad regala el “caramelo” de la emeritez a los profesores amiguetes del equipo de gobierno, o que no les han tocado nunca los cataplines:

5. CASI CIENTO CINCUENTA PROFESORES EMÉRITOS, que además de su pensión de jubilación cobran la diferencia entre lo qe cobraban en activo y la pensión con cargo a las exhaustas arcas universitarias: “A finales del ejercicio 2011 la Universidad de Zaragoza tenía 154 profesores eméritos, lo que representa un 4% sobre el conjunto del personal docente, superando el límite establecido en la legislación vigente del 3%”.

     En la mayoría de los casos su aportación docente es mínima, por no decir ninguna, y como mucho se dedican a impartir algún curso de doctorado o en acudir a los centros a tomar café… Por supuesto que hay excepciones muy notables y loables, pero son situaciones que confirman la regla general.

     Estos complementos o gratificaciones a los eméritos suponen un costo de más de dos millones de euros, que podían darse perfectamente en becas a estudiantes que tienen buenos expedientes y no pueden matricularse por falta de medios económicos, o en incorporar a la universidad nuevos Ayudantes, que con el tiempo puedan servir para renovar el Profesorado actual.

          La Universidad incumple la legislación laboral y los principios constitucionales antes citados, y hace indefinidos a aquellos interinos que tienen el enchufe suficiente para ello, y podría citar nombres y apellidos de varios:

6. ALGUNOS TRABAJADORES CONTRATADOS ACABAN SIENDO PERSONAL LABORAL INDEFINIDO DE LA UNIVERSIDAD: “La contratación por obra o servicio del personal laboral de administración y servicios vinculado a proyectos de investigación no se realiza mediante procedimientos públicos que respeten los principios de igualdad, mérito y capacidad. En determinados casos, los trabajadores encadenan contrataciones sucesivas y terminan por adquirir la condición de personal laboral indefinido de la Universidad” (pág. 25).

          En fin, termino ya, por hoy, pues me estoy poniendo malo. ¿Hasta cuándo vas a seguir agotando la paciencia de los contribuyentes aragoneses, Universidad de Zaragoza…?

 

comentarios
  1. Pilar |
  2. antonio |
  3. Carlos |