El partido turolense


Ha muerto el PAR, y nadie lo ha sentido. Son cerca de cuatro décadas engañando a la gente, diciendo que no eran de derechas ni de izquierdas, sino todo lo contrario, cuándo lo único que buscaban era su lucro personal.

Me refiero a sus dirigentes, no a una minoría de afiliados que eran y son realmente aragonesistas, y que lo único que quieren es lo mejor para su tierra y sus gentes. Y que han sido miserablemente engañados por José María Mur Bernad, José Ángel Biel Rivera…, y sus secuaces.

El PAR es el único partido al que he pertenecido en mi vida, y la verdad es que no me quedaron ganas de entrar en ningún otro, pese a las promesas y ofertas que recibí por parte de dirigentes regionales del partido actualmente en el gobierno, cuándo se llamaba AP, y tenía su sede en el Coso, 55, creo recordar…

Los aragoneses, que somos tan sarcásticos y mordaces, sobre todo los zaragozanos, a muchos de los cuáles no les circula sangre por las venas, sino envidia, decían que eran un PAR, refiriéndose a don Hipólito Gómez de las Roces y don Isaías Zarazaga Burillo, dos de las personalidades fundadoras del PAR, y es posible que fuese verdad.

Pero pronto empezaron a aparecer los enanos, trepas, vividores y especuladores inmobiliarios, que de todo hay en la viña del Señor. Zarazaga fue desplazado, o se desplazó él mismo, aunque pienso que más bien fue lo primero, e Hipólito se impuso como líder indiscutible del partido, pese a tener una voz que desgraciadamente no le acompaña. Pero del que nadie puede decir que se ha hecho rico, al menos a la sombra del PAR, lo que en estos tiempos que corren, ya es mucho. Y que nunca hubiera pactado con el PSOE, nada menos que durante doce años consecutivos…

De Mur y Biel, que vamos a decir que no sea ya del dominio público. Dentro de unos años no se acordará de ellos ni su familia.

Cuándo yo entré en el PAR, al poco de fundarse, y recién alcanzada la mayoría de edad, que creo recordar estaba en 21 años, aunque luego se rebajó a los 18, yo distinguía cuatro “familias” distintas dentro del partido, y podría encasillar en ellas a los dirigentes de aquella época, que la verdad es que éramos medio centenar de personas, como mucho, y los afiliados barrunto que pocos más. Pero no lo voy a hacer, por respeto a las personas, muchas de ellas ya fallecidas, y que en su mayor parte eran cabales, algunas incluso extraordinarias, cada una con sus ideas, pero que buscaban lo mejor para Aragón, en ese concierto desafinado que se iniciaba, llamado estado de las autonomías, o la casa de tócame Roque.

Estas familias eran las siguientes:

– Los aragonesistas, un reducido grupo de personas sin ideas políticas concretas y determinadas, normalmente “gente de orden”, que profesaban un gran interés por la historia, cultura y tradiciones de nuestra tierra.

– Los franquistas o ex franquistas, partidarios de que todo cambie para que no cambie nada, es decir de seguir en el poder, pero con otro nombre. Venían de la diputación provincial de Zaragoza, del frente de juventudes, del movimiento nacional, de concejalías por el tercio familiar, etc.

– Los beatos o de inspiración religiosa, que entendían la participación política como una nueva cruzada, para salvar a la sociedad del socialismo y del comunismo, que venían del Este, con el rabo entre las piernas (como todos, supongo). Algunos se han hecho millonarios, gracias al PAR, y han colocado a toda la familia, que ya se sabe que la familia que reza unida, permanece unida…

– Los trepas, que tanto abundan en toda formación política, que no habían tenido la carrera que deseaban en la UCD, en AP y luego PP, y que pensaban que en un partido pequeño, casi un grupo de amigos, iban a poder medrar con más rapidez. Venían a comerse el mundo, y efectivamente se lo comieron. El mundo y, sobre todo, el partido, al que han dejado en ropa interior.

En fin, para que seguir. Escribo con pena y nostalgia del tiempo pasado, que ya no volverá. Y recordando los buenos momentos que pasé con muchos de ellos, mientras dirigía el Rolde Juvenil, y pretendía moderar el ímpetu de los jóvenes afiliados, como es normal en esos años.

(Aunque recientemente me quedé perplejo cuándo leí el curriculum de un caballero que decía haber fundado y dirigido el Rolde Juvenil del PAR, tarea que me encomendó personal y directamente don Hipólito. Pero así se escribe la historia. Y ya se sabe que a enemigo que huye, puente de plata…, aunque en mi caso debió de ser de hojalata, pues no recuerdo haber recibido nunca sinecura alguna de mi efímero paso por la política, sino todo lo contrario).

Resumiendo y concretando, el PAR ha quedado reducido a lo que siempre fue: un partido caciquil, basado en la administración local, con una cierta implantación en las zonas rurales, ahora fundamentalmente en Teruel, y camino de su desaparición, o la insignificancia política.

Que Dios se lo demande a Mur y Biel, los grandes hundidores del partido…

Publicado en Heraldo Sanitario de Oregón (02/07/2015) y Sierra Norte Digital (03/07/2015)

comentarios
  1. Ramón |
    • adolfo |
  2. Francha |
  3. Francha |
    • Carmen |